Me sitúo ante el cuadro en blanco y de manera intuitiva, sin patrón ni modelo, me lleva el pincel por la paleta de colores que se mezclan en el propio lienzo. Capas y capas superpuestas, veladuras... van dando lugar al resultado final. Al ser un proceso impredecible, casi desde el subconsciente, es difícil saber lo que el lienzo me va a mostrar.
En una fábrica interna llena de recuerdos, memorias de experiencias, sueños, deseos, aprendizajes que han construido mi vida, se hila como en una rueca lo que después el pincel va a expandir por la superficie. Y el color es ese hilo conductor que me define y me plasma en la obra final.
¿Cómo pinto?
Utilizo acrílico por su viveza y plasticidad, además este material es muy cómodo en la mezcla y muy limpio pues se diluye con agua.
¿Qué pinto?
De manera general abstracto, realidades inventadas y básicamente flores.
¿Por qué pinto?
Porque me cura, me recoge y me acuna.