Ana Ribagorda

 

Me sitúo ante el cuadro en blanco y de manera intuitiva, sin patrón ni modelo, me lleva el pincel por la paleta de colores que se mezclan en el propio lienzo. Capas y capas superpuestas, veladuras... van dando lugar al resultado final. Al ser un proceso impredecible, casi desde el subconsciente, es difícil saber lo que el lienzo me va a mostrar.

 

En una fábrica interna llena de recuerdos, memorias de experiencias, sueños, deseos, aprendizajes que han construido mi vida, se hila como en una rueca lo que después el pincel va a expandir por la superficie. Y el color es ese hilo conductor que me define y me plasma en la obra final.

 

¿Cómo pinto? 

 

Utilizo acrílico por su viveza y plasticidad, además este material es muy cómodo en la mezcla y muy limpio pues se diluye con agua.

 

¿Qué pinto?

 

De manera general abstracto, realidades inventadas y básicamente flores.

 

¿Por qué pinto? 

 

Porque me cura, me recoge y me acuna.